No todo fueron mieles (II)
Puse mi vida en tus manos,
Señor,para que conmigo hicieras
Todo lo que tú creyeras
era mejor para mí.
Tu sabes que yo lo quiero,
y a quien necesito, Señor.
Pero no voy a pedirte
me entregues su corazón.
Aceptaré tu deesignio,
y también tu voluntad.
Sin ninguna rebeldía,
haré lo que tu decidas
Y si tu quieres que sea,
yú lo enviarás a mi.
Si no lo debo querer
permitirás que lo olvide
y lo arranque de mi ser.
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